Tratando de evitar que más niños vivieran en las calles de la CDMX, un grupo de personas decidió investigar de dónde venían. Descubrieron que la mayoría de ellos habían migrado de otras ciudades, y que aunque sí tenían una familia y un hogar, habían huido porque estaban atrapados en un ambiente de violencia.
Se ha descubierto que muchos de esos niños después se convierten en padres violentos y continúan el ciclo. Juconi se dio a la tarea de dar terapias a los niños y sus familias para que menos niños se vean forzados a vivir en las calles y pasar el día en mercados. El 96% de las personas atendidas por Juconi hoy cuentan con un trabajo formal, por lo que cada peso invertido en Juconi, son 10 pesos invertidos en la sociedad.